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Cuando los niños llenaron Amsterdam de bicicletas…

Información tomada de: http://zaragozaciudad.net/caminosescolares/
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Detrás de cada conquista social hubo un gran número de personas luchando por alcanzarla y otro por frenarla. A veces es bueno pararse a pensar que las conquistas no siempre fueron iniciadas por adultos y que los niños y las niñas encendieron la mecha.

Eso ocurrió con las bicis en Ámsterdam, por ejemplo. No siempre estuvieron ahí, con su fantástica red de carril adaptado a las dos ruedas por toda la ciudad, con un 63% de la población optando por los pedales en lugar del acelerador. Hoy, lo saben hasta los coches. En Ámsterdam mandan las bicis.

Hubo un tiempo, sin embargo, en que el creciente número de automóviles tras la Segunda Guerra Mundial puso en peligro la supervivencia de la bicicleta como medio de transporte, no sólo en Ámsterdam sino en el resto de ciudades holandesas. El uso de la bici disminuía al ritmo de un 6% anual. Ante la demanda creciente de coches, sólo quedaba ir amoldado la ciudad a los motores y las cuatro ruedas.

El nuevo modelo de planificación urbana no tuvo pocas consecuencias. En 1971, hubo 3.300 víctimas mortales a causa del tráfico rodado. Cerca de 500 niños murieron atropellados por coches aquel año.

La sociedad reaccionó. En el barrio De Pijp, situado al sur de Ámsterdam, la excesiva concentración de población (cinco veces más que la media de densidad en la ciudad), el desorbitado espacio ocupado por los coches y la estrechez de las aceras, hacía la vida y el juego imposible para la infancia.

Los niños decidieron movilizarse y empezaron a recoger firmas, consejos y opiniones entre expertos y vecinos para tratar de cortar el tráfico y conseguir que su barrio tuviese una calle en la que pudiesen jugar sin peligro. La situación que sufrían y sus esfuerzos por cambiarla quedaron reflejados en un documental emitido en la televisión holandesa que conmocionó a todo el país.

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«Mi nombre es Ronald Dam y vivo en Govert Flinckstraat, en De Pijp», se presenta uno de los niños protagonistas del documental mientras camina por unas calles llenas de tráfico. «Todos estos coches son insoportables, apenas queda espacio libre. Miles de personas mueren en accidentes y la contaminación del aire cada vez es peor. Todo está diseñado para los coches, ¿por qué no vamos todos en bicicleta?», se pregunta Dam leyendo el manifiesto que los niños habían preparado en clase, El estado de De Pijp, los coches.

En el documental se puede ver cómo los niños, acompañados en las movilizaciones por adultos, recogen las posturas enfrentadas que dividían a los vecinos de su barrio y al resto de vecinos de las urbes holandesas. «¡Imposible! Nunca podréis cerrar una calle al tráfico, ¡ni hablar!», comenta enfurecido un vecino a los niños. «¡Por supuesto que no podéis!, es una calle de paso para el tráfico. ¡Para el tráfico!», les espeta otro.

Del otro lado, los vecinos que entendían que lo que los niños proponían era su derecho a jugar libres, a jugar como niños. «Hace 25 años disfrutábamos de una infancia maravillosa. No queda nada de aquello para estos niños», comenta un hombre.

«Puedes seguir preguntando», continúa el joven narrador del documental, «pero si la ciudad no actúa, tienes que pasar a hacer las cosas por ti mismo. Este es un ejemplo de cómo hacer una campaña y esto es lo que deberíamos hacer para lograr nuestra calle de juego». Los adultos apoyaron la movilización de los niños y empezaron a cortar las calles al tráfico. La tensión se respiraba en el ambiente.

«Este es el comienzo de una campaña mucho más amplia», explica un vecino. «Nos gustaría mantener los coches que no sean del vecindario fuera de nuestro barrio. Está bien que vengan al mercado, pero deberían aparcar en otro sitio y caminar por aquí. Los niños no pueden jugar con los coches continuamente pasando».

El documental se emitió por la televisión holandesa el 16 de marzo de 1972. Al día siguiente la prensa recogió las reacciones de apoyo a los niños en distintas partes del país, según explica en su blog el holandés Mark Wagenbuur (el mismo que tuvo la amabilidad de acortar el documental y poner subtítulos en inglés para subirlo a Youtube).

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La campaña por reducir el tráfico de los coches ya estaba en las calles. El prestigioso periodista Vic Langenhoff escribió un artículo en su periódico De Tijc titulado ‘Stop de Kindermoord’ (Paremos los asesinatos de niños). Su propio hijo había muerto tras ser atropellado por un coche. De nuevo, la sociedad reaccionó.

La joven e influyente activista Maartje van Putten (que años más tarde sería miembro del Parlamento Europeo) fue una de las personas que, cansada de ver cómo los coches atropellaban a los niños, inició junto a muchas otras personas una campaña que llevaría el mismo nombre que el artículo de Langenhoff, ‘Stop de Kindermoord’ y que durante los años siguientes protagonizaría multitudinarias protestas de niños y adultos por las calles de todo el país.

«Estábamos hartos de ver cómo los niños eran atropellados en las calles», explicaba van Putten en una entrevista de la BBC, que con apenas 23 años fue elegida presidenta de la campaña. «Nos movilizamos por todo el país. Una tarde en Ámsterdam entramos en una calle y cortamos el tráfico, colocamos una mesa enorme y nos sentamos a comer, niños y adultos. Todo era tremendamente pacífico, sólo queríamos recuperar las calles».

Con la campaña no sólo buscaban manifestarse, sino que contaban con el apoyo de expertos que empezaban a probar otros modelos urbanos. En la ciudad de Delft los ingenieros Joost Vahl y Hans Monderman iniciaban los primeros woonerf o zonas de convivencia como un modelo de barrio que democratizaba el acceso al espacio público y la seguridad de peatones y ciclistas.

Comenzaron implantándose en tejidos residenciales, centros urbanos de tráfico moderado o zonas comerciales y se estructuraban como calles sin semáforos, sin aceras y elementos para separar los carriles según el tipo de tráfico. La velocidad de los coches se limitó a 20-30 kilómetros por hora para permitir que peatones, ciclistas y motoristas compartieran el mismo espacio.

Las movilizaciones continuaron durante toda la década de los 70, en un momento en el que incluso la política internacional empujaba hacia nuevos modelos: con la crisis del petróleo (la Organización de Países Árabes impuso restricciones a muchos países europeos por el apoyo a Israel en guerra de Yom Kipur) los países tenían que buscar alternativas de transporte más sostenible y se impusieron, entre otras medidas, los domingos libres de coches. Las necesidades sociales empezaban a coincidir en todas las esferas.

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Las décadas siguientes vieron una proliferación de carriles bicis en vías con mucho tráfico rodado y en carreteras entre distintas ciudades. Crucialmente, la introducción de los carriles fue acompañada de otras mejoras para los ciclistas, como unos límites de velocidad cada vez más estrictos así como cambios en la ley que daban mayor prioridad a los ciclistas en los cruces.

Para muchos expertos, «la clave para favorecer el uso de la bicicleta ha sido la de controlar el tráfico de coches en lugar de (o acompañado por) los carriles bici, para crear así un paisaje urbano en donde los ciclistas mandan y los automovilistas son los invitados», tal como se explica en el libro Ciclying Cities.

Sin duda, la peculiar mezcla de las movilizaciones sociales (de niños a adultos, de ciclistas a expertos urbanistas) propició que los políticos se convencieran de la sensatez de reducir el peligro en las calles y favorecer el uso de la bicicleta. Hoy lo saben hasta los niños: la bicicleta no es sólo una seña de identidad en toda Holanda, sino su embajadora oficial en todo el mundo.

Pedaleando por el Ebro (libro)

Recién editado está el libro de Horacio Tabernero (y sus zagal*s del CEIP Agustina de Aragón) en el que se relatan las aventuras de esta estupenda experiencia educativa de vivir aprendiendo en ruta cuatro días junto al Ebro.
El libro cuesta 8€ y de momento lo puedes conseguir escribiendo un mail a: hotago@hotmail.com. Los fondos recaudados se invertirán en la siguiente aventura educativa en bici que ya se está preparando para este año.

Fabulosa y colorida portada  del libro a cargo del artista Carlos Mediavilla «nuncazezabe».

El texto recoge los diarios de l*s zagal*s, con un emotivo prólogo  de Miguel Mena y cuenta con un generoso espacio cedido por el autor para incluir un mensaje  del colectivo Pedalea:

Desde el colectivo Pedalea damos la bienvenida a esta magnífica experiencia educativa que une la pedagogía vivencial fuera del aula con el amor por la bici y la naturaleza.

Nuestro colectivo (www. Pedalea.org) lleva ya más de 20 años en Zaragoza

defendiendo al ciclista urbano y apostando por un modelo de ciudad basado en una movilidad cercana y amable. Esta labor mantenida y constante como movimiento social asentó el sustrato que permitió la explosión de la bicicleta que la ciudad ha vivido en el último tiempo.

Nos interesa especialmente el trato que se da a la bicicleta en la escuela, y en nuestro blog Con bici al cole – ZGZ  aglutinamos experiencias y recursos con este fin. En este momento estamos tod@s construyendo la ciudad del futuro y entre nuestr@s alumn@s está hoy el doctor que tratará a nuestr@s hijos o la

futura alcaldesa de la ciudad. Si pensamos en la educación que queremos para ell@s coincidiremos en nombrar valores como el respeto, la cooperación, la libertad, la solidaridad, el esfuerzo, la imaginación, o la autonomía; valores que entendemos unidos a la educación en torno a la bicicleta.

Apostamos sin duda por una escuela pública de tod@s y para tod@s, por eso destacamos esta experiencia como ejemplo de participación abierta y corresponsable de padres, madres, chic@s y profes.

A las instituciones les vamos a seguir pidiendo apoyo y voluntad para que se desarrollen este tipo de proyectos que hacen más humana la educación y más abierta, común y cercana la escuela.

Este libro muestra con ternura y humildad una brillante propuesta educativa que animará a muchas más familias y educadores a lanzarse a “educar en bicicleta”.

¡A pedalear!

«Detective de lo nunca observado»

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente recopila en su web una buena colección de Recursos Didácticos sobre Movilidad e Infancia.

De esto recursos queremos destacar aquí la propuesta educativa para Primaria

  • Detective de lo nunca observado. La movilidad urbana: El camino escolar
    Las autoras son Monterrubio, Pilar; Rubio, Mercedes; Sintes, María (2004). Edita el Ayuntamiento de Segovia. Por medio de fichas l@s chic@s irán dándose cuenta de las características del camino que recorren hacia la escuela y así se convierten en los agentes principales del diseño y construcción de un verdadero camino escolar.

Un diseño didáctico que pone el acento no en los aspectos relacionados con la seguridad o el urbanismo sino en las experiencias, percepciones y emociones.

Breve guía de Caminos Escolares de CCOO Aragón.

El Departamento de Medio Ambiente de Comisiones Obreras de Aragón ha elaborado esta  breve guía de Caminos Escolares para potenciar el  programa de caminos escolares. que el Ayuntamiento de Zaragoza va a desarrollar en 2013.

La guía explica de manera resumida qué es un camino escolar, cuáles son las modalidades y quiénes participan en el proyecto. Después da unas ideas para el diseño y herramientas de un camino escolar para acabar con referencias a actuaciones en Aragón relacionadas con caminos escolares, así como recursos disponibles.

Camino escolar. Pasos hacia la autonomía infantil.

En Junio del 2010 se editó «Camino escolar. Pasos hacia la autonomía infantil»  (235 Kb. pdf), un interesantísimo material para difundir y poner en marcha proyectos de caminos escolares. Las autoras son Marta Román Rivas e Isabel Salís Canosa.

Desde la web del Ministerio de Fomento podemos descargar la guía en PDF  a alta resolución y a baja resolución. También está libre para descargar el vídeo que acompaña al proyecto (links para ver o descargar)

La guía disponible para consulta online:

Y aquí está el vídeo de 16 minutos que acompaña a la guía.

La guía y el vídeo conforman un material técnico de apoyo dirigido a dinamizar y a facilitar el desarrollo de experiencias de movilidad infantil y juvenil en las ciudades. El material está dirigido a todos aquellos grupos y entidades que pueden estar interesados en promover un cambio en las pautas de movilidad de los menores: centros educativos, organizaciones de madres y padres, asociaciones vecinales y entidades locales, entre otras.

Con bici al instituto

Si para trabajar la movilidad en bicicleta en los coles tenemos los recursos de www.conbicialcole.com, en lo relativo a la educación secundaria contamos con el proyecto CON BICI AL INSTITUTO – este proyecto es licencia de Creative Commons y lo  podemos descargar desde allí en PDF (o aquí: bicinstituto – pdf)

Este vídeo de 8 minutos repasa los consejos básicos de educación vial, mantenimiento de la bici, seguridad, y también el cómo atar la bici correctamente.

Con Bici al Instituto es un proyecto pedagógico para Secundaria. Campañas como «Con bici al instituto», persiguen introducir la movilidad sostenible en la vida de los nuestros jóvenes para cultivar así una sociedad futura en la que se eviten algunos de los errores cometidos en el pasado con respecto a la movilidad.

La ciudad, los niños y la movilidad. Publicación de la UE.

Esta publicación del 2002 de la UE está dirigida a l*s representantes políticos locales, profesor*s, director*s de centros de enseñanza, padres y madres y, en definitiva, a todas las personas a quienes preocupa la evolución de su entorno o la movilidad y la salud de los 90 millones de niñ*s europeos.

Este libro («La ciudad, los niños y la movilidad« pdf ~1,360K-) lo encontramos en la web de la  Coordinadora Catalana d’Usuaris/es de la Bicicleta, en la sección Documents.

Relato: Cómo andar en bicicleta.

Os traemos un tierno relato de esta autora venezolana que puede ser un buen recurso para trabajar en torno a la bicicleta también en clase de lengua y literatura con chaval*s de secundaria. Este relato nos sumerge en una historia de amor en el tiempo, contada con la ternura  de quien conoce el placer de pedalear y el amargor de una caida.

Como andar en bicicleta

(Del libro: Aviones de papel)
Marianne Díaz Hernández (http://www.mariannediaz.com)
Este cuento se encuentra bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.

Al final de la calle, en una casa con grandes ventanas y una mata de mandarinas al frente, vivía una muchacha, en la planta alta de una quinta que quedaba a ocho casas de la mía. Tenía veinticuatro años. Veinticuatro años, y los ojos negros y el pelo negro y la sonrisa esquiva de Mónica Belluci.

Yo tendría a la sazón once o doce años y estaba enamorado. Mis padres me acababan de regalar una bicicleta montañera, y yo corría todas las tardes, al volver de la escuela, para subirme a ella y lanzarme una y otra y otra vez calle abajo, hasta verla llegar, la mirada baja, a veces con alguna bols con pan o con libros en los brazos, a veces sólo con las manos en los bolsillos, ensimismada en nunca supe qué pensamientos.
Ella no me miraba. Caminaba etérea como si nada pudiera tocarla, ajena al mundo, mientras yo pedaleaba con todas mis fuerzas para alcanzarla, para seguirla por el borde de la acera hasta que llegaba a casa, subía las escaleras y yo, entonces, daba la vuelta, al final de la calle ciega, y esperaba a que entrara y abriera la ventana que daba a la calle, y desde abajo la veía, y seguía pedaleando calle arriba y calle abajo hasta que comenzaba a anochecer y mamá, con un grito, me llamaba a casa.
A veces buscaba a mis amigos, dos o tres de ellos, y todos sacaban sus bicicletas y, sin conocer el motivo, se lanzaban conmigo por la calle ciega, mientras yo —con la excusa del juego— hacía todo el ruido que me era posible con la esperanza de que un día la bella se asomara por alguna ventana y me mirara. Tarde, tras tarde, tras tarde, y fueron muchos otros los vecinos que se asomaron a sus ventanas, vociferando, en un intento desesperado por hacernos callar. (Nunca entendí cómo la gente intenta eliminar ruido con más ruido). Ella no. Ella nunca se asomaba, nunca parecía darse cuenta de que estábamos ahí, corriendo alrededor suyo mientras ella caminaba lentamente hasta su casa y cerraba la puerta tras de sí.
Desde la ventana de mi cuarto, a veces, intentaba cazar en la distancia la luz encendida de su piso, con la única intención de saberla, de imaginarla allí. Era tan poco lo que sobre ella sabía, que me inventé un mundo de hábitos, rutinas y preferencias para ella. Le inventé una voz y un nombre, una vida y una forma de vivirla.
Una tarde, mientras yo recorría, junto a dos amigos, la calle ciega por enésima vez, ella llegó —la misma expresión de siempre, la mirada baja, las manos en los bolsillos—. Llegaba temprano. Yo no la esperaba aún, y por ello, perdí el control de la bicicleta y me caí con estruendo, a dos metros de sus pasos.
Ella se detuvo en seco, los ojos muy abiertos, consternada. Yo me levanté de un salto, como siempre que uno intenta hacerse el duro frente a una chica, tratar de que una vergüenza pase más rápido. Me levanté de un salto y le sonreí, azorado.
Entonces ella rió. Primero con una sonrisa casi invisible, y luego con una carcajada abierta, musical. Me miró a los ojos —la risa inmensa, dulcísima, ocupándolo todo— y siguió caminando. Yo me quedé ahí, de pie, la bicicleta caída en medio de la calle, hasta que uno de mis compañeros vino a sacudirme y a preguntarme si no pensaba seguir jugando.
Esa noche me dio fiebre de cuarenta grados.
Clica en este enlace para leer el texto completo:

Guía de convivencia entre bicicletas y automóviles.

Coinicidiendo con la semana de la movilidad traemos este recurso útil para educar en la buena convivencia entre Bicicletas y automóviles. Una guía con cuidadas ilustraciones en acuarela que ponen en claro los consejos básico para automovilistas y ciclistas, muy adecuado para ciclistas primerizos. Gracias a Huesca en Bici por este buen documento.

Y es que Huesca también se apunta pisando fuerte al imparable éxito de la bicicleta, allí se han desarrollado esta semana unas interesantes Jornadas de la Movilidad, que podéis seguir con más información en su blog.

En la ciudad de Zaragoza los actos de la semana de la movilidad finalizarán con una marcha en bicicleta este próximo domingo 25 de Septiembre, marcha «apta para toda la familia».

Ir al .pdf

Cuento: 10 razones para usar la BICI.

«10 razones para usar la BICI »  es un delicado y precioso cuento de amor a la bici; un recurso magnífico para trabajar con los más peques porque la bicicleta también tiene cabida en Educación Infantil.

Este cuento está disponible para uso  en el aula de manera libre siempre que se haga sin ánimo de lucro y citando a sus autoras. Se puede visitar y descargar desde este enlace.

Las deliciosas ilustraciones vienen de la mano de Inés Sánchez Nadal, así como la sencilla y elegante maquetación es de Carmela Sánchez Nadal. La idea del cuento es de ambas y podemos seguir su trabajo a través desl blog proyecto-olmo. Allí encontraremos otras de sus preciosas ilustraciones como por ejemplo las del proyecto educagea.